Inti-Illimani
Cándidos
Rompió el ávido su cántaro
Ya no hay médico en lo póstumo
Impondrán, célebres los cándidos
Su vorágine más poética
Su vorágine

Vive esta plebe autóctona
Como un desolado páramo
Viéndose tan mísera y decrépita
Sin un santo fiel en la cúspide
Sin un santo fiel

Sufriendo leyes maléficas
No hay más que subir los ánimos
Al compás de un danzar telúrico
Al cielo gritar nuestros cánticos
Al cielo gritar

Presiento que por lo empírico
Se ha enloquecido la brújula
El clamor que tuerce los estómagos
Va azuzando al fin los espíritus
Va azuzando al fin

Cándido, libera tu rabia, cándido
Tu vieja ternura, úsala
Para revertir tu lóbrega vida de Lázaro
Cándidos con tanta esperanza cósmica
Venir, porque al fin
El ávido rompe su cántaro
Antes que morir famélico
Mártir de un destino trágico
Más valdrá reconquistar por último
El honor de ser pueblo intrépido
El honor de ser

Rompió el ávido su cántaro