Limpiando de recuerdos nuestro cuarto yo me encontré tirado en un rincón
Aquel viejo guitarro que dejaste después de alguna fiesta y se olvidó
Con él acompañabas tus canciones y hacías llorar mi pobre corazón
Sus leños guardan viejos lagrimones nacidos de tus ojos y mi amor
Y ahora voy a tocar al saber que no estás, tu despedida
Y si me oyen cantar, cuenta se van a dar de aquella herida
Y le voy a arrancar las cuerdas y tu nombre
Para ver si por fin ya no vuelvo a escuchar ese maldito acorde