Juan Gabriel
Balleza (Chihuahua)
La importancia de nacer en Balleza
Eso es una belleza y una oportunidad
Y la suerte de tener tal riqueza
Es por naturaleza, no es por casualidad

Yo la vi, y fue por vez primera
En mi otra gran tierra como lo es Michoacán
Me ha mirado como mira a sus hijos
Me dio un tierno besito, y con él me bendijo
Y me dio su amistad

Y me dijo, me ha dado mucho gusto saber cómo tú eres
Así lo esperaba, así te imaginaba
Cuando de ti yo hablaba, y no me equivoqué

Tienes tantas canciones hermosas, muy bonitas, preciosas
Con honor a las rosas que en Balleza planté
Y cuando estaban más guapas que siempre
Un 12 de diciembre, a mi virgen llevé

Ahora he vuelto a mirar sus ojitos
Pero en los de su hijo, no digo quien es
Si lo buscan, ojalá que lo encuentren
Y que esto le cuenten, y por favor diganle
Que yo gracias a esa señora, como tantas de ahora
Yo estoy muy orgulloso de ser su Juan Gabriel
Pasó el tiempo y se iba la vida
Al igual que los años, pero yo no sabía
Y ella igual se me fue
Cuando supe, me entró una tristeza
Y me dio la certeza de que no la olvide
Porque un día que me encontraba en Chihuahua
Y que en ella pensaba, ¿cómo hice? quien sabe
Pero a Balleza llegué

Y conocí a su lindo pueblito
De Parral a un ladito
Y así yo pude ver
Todo lo que ella tanto amaba
Y de pronto yo en su lago ya estaba
Yo escuché que una voz me cantaba
Y me senté para ver y oír
El silencio del campo, y que el tiempo y su encanto
El sonido de Dios, y del viento soplar
Y miré a las aves volar, a la lluvia llegar
Ver llover es muy bueno
Me encontré muy tranquilo y sereno, y me dije
Qué bello es recordar

Y mirándome en sus lindos ojos
Dos luceros hermosos
Yo le dije, ya qué
Cuanto amor, y qué honor, muchas gracias
Puedo oler la fragancia de sus rosas hermosas
No me va a usted creer
Pero oyó la canción más divina
Dicen que era [?]
La que muy pronto escriba
Aunque no me lo pida
Será para usted

La elegancia de vivir en el campo
Siempre ha sido un encanto
Y la felicidad en que yo ahí fui
Y llegué al campo santo
Donde ahora reposan su cuerpo y santidad
Yo me hinqué, y besé a su tierra
Tan humilde y tan santa, y a la vez tan morena
Y en un beso lleno de enbeleso
Su canción le dejé