Alan Menken
Prólogo, Pt. 2
[NARRADORA, dialogos]
Pero una noche, una inesperada intrusa llegó al castillo
Buscando refugio de la helada tormenta
Como obsequio, ofreció al príncipe una sola rosa
En desprecio, por su aspecto andrajoso, el príncipe rechazó a la mujer
Pero ella le advirtió que no se dejará engañar por las apariencias, pues la belleza se halla en el interior
Cuando la volvió a rechazar la apariencia externa de la anciana se disolvió revelando a una hermosa hechicera
El príncipe le suplicó su perdón, pero era demasiado tarde, ella había visto que no había amor en su corazón
Y como castigo lo transformó en una horrenda bestia y lanzó un poderoso hechizo sobre el castillo y todo aquel que vivía ahí
Los días se convirtieron en años y el mundo olvidó a el príncipe y a sus sirvientes
Pues, la hechicera había borrado todo recuerdo de ellos de la mente de sus seres amados
Mas la rosa que había ofrecido en realidad era una rosa encantada
Si él aprendía a amar a alguien y también obtenía su amor antes de caer el último pétalo, el hechizo se rompería
Si no, sería condenado a permanecer como una bestia por toda la eternidad
Con el paso de los años se decepciono y perdió toda esperanza
Pues, ¿quién podría aprender a amar a una bestia?