No son los versos, ni las figuras literarias, más
extravagantes de este mundo, que componen la
poesía más pura. Un escritor podrá usar cada uno de
estos elementos tratando de esquematizar la idea o
sentimiento que haya nacido, estructurándola de la
forma más concreta, tratando de hacerla pura. Pero
esta consiste en trasformar la inspiración no solo en
un sentimiento vivo, sino real, que profese la
libertad del corazón y del pensamiento, pero si la
inspiración, no es viva ni real la poesía no será pura,
porque la única poesía pura viene de una mujer.
Y yo la conocí, su inspiración conectaba mi
imaginación con mi realidad, formando un
sentimiento real, no existe secretos en la poesía, está
en la persona al concertarse con otra por un
fragmento mínimo de tiempo para llevar esa poesía
a un nivel más alto que otras, más viva que un
simple sentimiento, hacerlas inmortal.
La mujer es la poesía en su forma máxima de
expresión, y sé que la poesía de ella no era normal,
era pura y magistral
Comencé a formar su belleza en un verso, sentía esa
divinidad, y quería amarla por siempre, y le di de
ofrenda mi vida, pero era poco para lo que ella se
merecía y se me fue de las manos, y se fue de mi vida.
Quería amarla y formar un solo ser, hacernos
inmortales…
Pero ella era la poesía más pura que pueda existir…
Ella ya era inmortal…
Y nunca podrá juntarse con un mortal…
La poesía en mi murió…
Enloquecí, por un maldito sentimiento…
Pero ni reencarnado del infierno, podre profesar de
nuevo su amor.