[Verso 1]

La luz ofuscanté del medio día
había adquirido reposada nitidez
bajo la calma del cielo plateado,
el campo emanaba tónica frescura.
Que traía al alma pensativa,
el joven se inspiró en el
cálido día que se citaba
para transcribir sus poesías.
El joven dorado, al sol oblicuo
entornaron sus ojos;
dulcificando su molicie en
beato parpadeo.
El día avanzaba igual
a los precedentes de todo
ese mes; seco, límpido
con 14 horas de sol calcinante.
Entre tanto el calor crecía
el escritor en el silencioso
paisaje y encegueciente
sol, escribía, dañando su vista.

[Verso 2]

La tierra removida, exhalaba
vaho de horno, que el escritor
soportaba sobra la cabeza,
y en el papel aun nada ha escrito.
La mente agobiada por
la incapacidad de escritura
que el sol mató;
de eso no hay duda.
Por fin se dio cuenta
de que la canícula calidez
del sol lo estaba afectado
ya que su mente se volvió algo putrefacto.
Era imposible permanecer quieto bajo
ese quemante sol, el calor crecía
y poco a poco perdía la conciencia.
El cielo estaba azul, y no se sentía
ningún soplo de viento, el aire
faltaba con la angustia cardiaca que
no le permitía la respiración.
- y el escritor expiro-